A continuación encontrará nuestro artículo completo de referencia

Por Leonardo Amaya, Gloria María Berrío-Acosta, y Wilson Herrera

La aplicación de los principios éticos no se puede hacer de manera mecánica, esto es, no son una especie de recetario al cual uno acude cada vez que tiene un problema. Cada principio ético tiene límites, así por ejemplo, la autonomía no implica que la persona pueda hacer todo lo que ella quiera con sus congéneres; o en el caso de la ayuda hacia los otros no se puede caer en el paternalismo.

En este sentido, aunque los principios éticos son fundamentales, se limitan entre si ya que en su aplicación a una situación concreta se requiere del buen juicio, es decir, de una ponderación adecuada por parte de quien tiene que tomar la decisión, y esta ponderación exige tomar en serio los derechos e intereses de los otros.

En este portal se expone a la comunidad psicológica colombiana un modelo de principios éticos que permitan fundamentar una práctica profesional justa y responsable. A continuación se presenta cada principio con una breve exposición de lo que, en general, éste significa. Cada uno de ellos cuenta con un artículo dónde se presentan las referencias de la legislación nacional o internacional que los apoyan y las normas de conducta que se derivan de ese principio. Con estos estándares o normas de conducta se espera brindarle a los miembros de la comunidad psicológica elementos de juicio más concretos que puedan ser útiles para la toma de decisiones en el día a día del ejercicio profesional.

Por Leonardo Amaya, Gloria María Berrío-Acosta, y Wilson Herrera

Los llamados principios éticos pueden ser vistos como los criterios de decisión fundamentales que los miembros de una comunidad científica o profesional han de considerar en sus deliberaciones sobre lo que sí o no se debe hacer en cada una de las situaciones que enfrenta en su quehacer profesional.

En las diferentes esferas de nuestra vida profesional los cursos de acción que decidamos tomar tienen que respetar una serie de estándares éticos que se han vuelto vinculantes para los miembros de las distintas comunidades académicas y científicas. Estos estándares tienen como propósito garantizar que las distintas disciplinas estén al servicio de todos los seres humanos y que en su esfuerzo por el progreso del conocimiento y por el mejoramiento del bienestar de los destinatarios del servicio profesional, se respeten los derechos humanos de todos los grupos involucrados.

La tendencia internacional actual es reducir los principios, razón por la cual, y en aras de hacer un documento práctico, se ha limitado esta guía a cinco principios éticos: Beneficiencia, No Malficencia, Justicia, Autonomía e Integridad. Estos principios éticos se encuentran directamente relacionados con la Declaración Universal de Principios Éticos para Psicólogos.

Tal vez uno de los principales problemas con los que ha tenido que enfrentarse la bioética a lo largo de casi cuarenta años de vida es lo que diversos autores denominan como el “problema del método” (Arras, 2016). El nacimiento de la bioética en Occidente, liderado en gran parte por las discusiones adelantadas en la Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos ante la Investigación Biomédica y de Comportamiento (1974-1978) a raíz del conocido Experimento Tuskegee, puso de manifiesto la dificultad que representa la construcción e implementación de protocolos, estrategias o principios que pudieran regular de forma efectiva pero, sobre todo, éticamente responsable, el quehacer de la práctica científica en su relación con los seres humanos.

Por Phronimos - Centro de formación en ética y ciudadanía
Universidad del Rosario

El personalismo, al menos desde el punto de vista filosófico, descansa en la idea según la cual, el ser humano debe ser el punto de partida de toda reflexión y práctica que se realice en el terreno de la ética (Williams, 2018). Esta afirmación, sin embargo, no parece ser del todo clara, ya que no resulta sencillo intuir algún proyecto ético o político que no ponga en el centro de la discusión el interrogante de su relación con el ser humano. En ese sentido, es probable que una buena manera de entender el papel que juega el concepto de persona al interior del personalismo, se de a través de su comparación con otro tipo de aproximaciones o ideologías que omiten el uso del concepto de persona y, desde ese lugar, privilegian análisis de naturaleza ética desde perspectivas macro-estructurales. Un ejemplo de este último enfoque son aquellos ejercicios que registran la realidad ética desde arriba, como sucede con las metodologías que piensan la enseñanza de la ética desde el punto de vista del adoctrinamiento.

Por Phronimos - Centro de formación en ética y ciudadanía
Universidad del Rosario

Los principios éticos que se aplican en Psicología, tales como los estipulados por la Declaración universal de principios éticos para psicólogas y psicólogos pueden chocar entre sí, presentando dilemas éticos. Una perspectiva para la resolución de esta clase de dilemas es la jerarquización de los mismos para entender a cuál principio se le deberá dar prioridad

Por Leonardo Amaya y Gloria María Berrío-Acosta

La doctrina del Doble Efecto, tiene una amplia tradición dentro de la moral medieval y que ha sido acogida en diversos modelos y sistemas legislativos, se utiliza cuando en una intervención en la que el agente se encuentra obligado a actuar y la solución viable presenta al mismo tiempo efectos positivos y también alguno contrario a la beneficencia.

Esta doctrina moral propone que la acción sería éticamente válida si se cumplen las siguientes condiciones:

  • El objeto que se persigue en la intervención bueno.
  • La intención del que actúa debe ser buena y excluye (no desea, pero lo tolera) el efecto malo que se seguirá necesariamente de la intervención.
  • La acción debe ser en sí buena o indiferente: por ejemplo, no sería correcto realizar una acción en sí indebida (comunicar información que el cliente desea mantener confidencial) para conseguir un fin bueno (colaboración de la pareja).
  • Debe existir una razón proporcionalmente grave para aceptar el acto. Es decir, el beneficio que se espera obtener debe ser lo suficientemente serio como para justificar la puesta en marcha de una acción que traerá alguna consecuencia negativa.

La Doctrina del Doble efecto está incluida en el artículo 35 de la Ley 1164 de 2007 y es retomada en el Manual Deontológico y Bioético del Psicólogo en Colombia.

Por Leonardo Amaya y Gloria María Berrío-Acosta

La Doctrina del Mal Menor define como moralmente válida la elección de la opción que genera daño en un entorno en el cual no es posible garantizar la beneficencia y se está obligado a actuar. De este modo se reconoce la opción con mal menor como el mayor bien posible. Es importante que el profesional tenga muy claros sus argumentos al acogerse a esta doctrina de tal forma que, de ser necesario, pueda sustentar su actuación ante el escrutinio público.

Por Leonardo Amaya, Gloria María Berrío-Acosta, y Wilson Herrera

El principio de integridad ha estado vinculado en algunos de los códigos éticos más significativos y sus valores se encuentran integrados en otros principios cuándo este no es nombrado explícitamente. La integridad como principio ético está vinculado con la valoración de la honestidad, el respeto y la transparencia en las interacciones profesionales.