Por Christian Alfredo Rubiano Suza y José Alexis Blanco Rodríguez . 2017
Al pensar la responsabilidad dejando de lado el problema de su imputación (¿cuándo es posible imputar responsabilidad por algo?) para dirigirse a su contenido, esto es la pregunta qué es la responsabilidad, autores como Sartre, Horkheimer, Lévinas, entre otros, coinciden en que ser responsable tiene que ver con la asunción de un tipo particular de compromiso, cuyo contenido implica ofrecer respuestas discursivas (reconocimiento) y prácticas (cuidado) frente a los llamados que nos hacen los demás. En ese sentido, el ejercicio de la responsabilidad puede caracterizarse como una práctica que involucra el cuidado y el respeto por el otro y el mundo [1]. Sin embargo, para que esta formulación resulte productiva, es necesario que se indague sobre los modos en que tal práctica puede materializarse; para nuestro caso y de forma particular, al interior del ejercicio de la psicología. Con el propósito de contribuir a ese objetivo, el presente texto se ocupará de uno de los elementos que caracterizan a un psicólogo responsable, a saber, el cuidado que asume respecto de sí, respecto de los usuarios y colegas, así como de las instituciones en las que desarrolla su labor.
Por: Ph.D. Paula Andrea Tamayo Montoya
Universidad Santiago de Cali | Universidad del Valle
Por Phronimos, Centro de Formación de Ética y Ciudadanía de la Universidad del Rosario para Éticapsicologica.org Diciembre de 2018
El vínculo entre bioética y biopolítica parecería estar dado de ante mano por un criterio lingüístico o etimológico. Por un lado, en la bioética se hablaría de una serie de reflexiones éticas en el campo de la experimentación biológica, es decir, una investigación relacionada con los criterios morales que debemos utilizar al momento de manipular la vida humana o animal; claro está, desde el punto de vista de las licencias o prohibiciones que tenemos sobre ellas. Por otro lado, desde la biopolítica se hablaría de un campo de trabajo en el cual, los Estados, a través de su política pública, estarían encargados regular aquellos proyectos, estrategias y planes orientados hacia la intervención o modificación de la vida humana y animal. Así las cosas, ambos escenarios, tanto el ético como el político, parecerían encontrarse asociados en virtud del prefijo bio, es decir, vida.
Por Phronimos, Centro de Formación de Ética y Ciudadanía de la Universidad del Rosario para Éticapsicologica.org Septiembre de 2018
El utilitarismo, al colocar el análisis de las acciones y sus consecuencias en el centro de la discusión filosófica, introduce un cambio fundamental en la historia de la ética. Dicha transición descansa en la idea según la cual, la moralidad de nuestras acciones debe ser juzgada en virtud de sus consecuencias. En esa línea, de acuerdo con la tradición utilitarista, no existen acciones intrínsecamente malas que están sujetas a prohibiciones desde el punto de vista ético; al contrario, todas las acciones, por más polémicas y contrarias al sentido común y la cultura de cada contexto, deben ser analizadas en virtud de las consecuencias que pueden arrojar. No se trata, entonces, de examinar la racionalidad de las máximas que deben gobernar nuestro comportamiento, ni tampoco de analizar la trayectoria de nuestras acciones para determinar la moralidad de un acto, sino de identificar, a la luz del principio de utilidad, qué tipo de consecuencias están en capacidad de garantizar la mayor felicidad para el mayor número.
Por Phronimos, Centro de Formación de Ética y Ciudadanía de la Universidad del Rosario para Éticapsicologica.org Septiembre de 2018
En el pensamiento ético de Kant hay una relación compleja que no es tan evidente a lo largo de sus escritos; hablamos del vínculo que existe entre la racionalidad de una acción y la moral. De acuerdo con el filósofo la racionalidad descansa en requisitos evaluativos de carácter moral. Expresado de otra forma: cuando un agente no actúa moralmente, no podemos afirmar que se trate de un agente que actúa de manera completamente racional.
Por Phronimos, Centro de Formación de Ética y Ciudadanía de la Universidad del Rosario para Éticapsicologica.org Septiembre de 2018
La ética de la virtud tiene sus raíces en los planteamientos aristotélicos y se enfoca en el carácter moral del agente; las decisiones, acciones e intenciones del sujeto evidencian un conjunto de cualidades o virtudes que le son propias. Desde la pregunta por la vida buena y la felicidad el autor explora la manera en que un individuo podría alcanzarlas, planteando como elemento clave lograrlo el desarrollo de la prudencia por parte de cada quién.
Por Christian Alfredo Rubiano Suza y José Alexis Blanco Rodríguez . 2017
Artículo completo: El problema del cuidado en psicología**
Tal y como aparece formulado en la literatura especializada, uno de los aspectos más peligrosos de la relación que hay entre el ejercicio de la psicología y sus límites es el del paternalismo. El paternalismo puede ser entendido como una interferencia en las acciones y las decisiones de un agente, dirigida contra su voluntad, pero orientada, en principio, hacia su propio bien. El paternalista no solo cree que está en capacidad de analizar mejor una determinada situación, sino que, además, no está interesado en reconocer otra opinión y, en consecuencia, ejecuta un curso de acción que a juicio propio considera como el mejor de todos.