Principio de Integridad

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Por Leonardo Amaya, Gloria María Berrío-Acosta, y Wilson Herrera

El principio de integridad ha estado vinculado en algunos de los códigos éticos más significativos y sus valores se encuentran integrados en otros principios cuándo este no es nombrado explícitamente. La integridad como principio ético está vinculado con la valoración de la honestidad, el respeto y la transparencia en las interacciones profesionales.


Los psicólogos se esfuerzan por hacer lo correcto en el cumplimiento de sus deberes profesionales. Son responsables y veraces y respetan las relaciones de confianza que establecen en su ejercicio profesional.

Conceptualmente, la integridad se relaciona con la consistencia entre los valores que se predican y los métodos, expectativas y resultados realmente alcanzados con las intervenciones profesionales. Como valor humano, la integridad es una elección personal y un compromiso de consistencia con honrar la ética, los valores y los principios.

En ética, la integridad considera la veracidad y transparencia de las acciones personales, por tanto, se opone a la falsedad o el engaño. Cuando éste es requerido en la intervención o indagación, se deben cumplir las condiciones previstas por la tradición en ética aplicada.


Antes de llevar a cabo cualquier intervención, los psicólogos aclaran su rol y funciones, las características de su tarea, y los límites y características de sus técnicas, de su competencia y de su actuación profesional. De esta manera se garantiza que las partes esten operando bajo los conocimientos adecuados y sean participes de la actividad sin estar engañados

Una vez se parte de esta aclaración, para actuar con integridad en la actividad profesional se evita, en la medida de lo posible, las relaciones duales, múltiples o confusas. Además de corresponderse con el principio de justicia, evita que las acciones puedan tener una motivación ajena a la conducta profesional. En general, se busca conservar la fidelidad hacia la naturaleza y las intenciones de las relaciones profesionales.

Sin embargo, estos cuidados no llevan a que la la relación establecida parta de una posición equivalente para los miembros. Un hecho fundamental es que el conocimiento de la disciplina de la psicología, la situación profesional y la información que se recolecta coloca al psicólogo en una posición de poder y confianza. Así, será menester de él ejercer su poder de manera adecuada y honrar dicha confianza.

El tener una vida profesional integra implica valorar el continuo desarrollo y mantenimiento de un alto nivel de competencia en el trabajo. Para esto es de suma importancia la reforzar y preservar la capacidad para funcionar de manera óptima dentro de los límites reconocidos de su conocimiento, habilidad, formación, educación y experiencia individual.

En general, todo profesional en psicología actúa con probidad y honestidad y rehúsa prestar sus servicios para actos contrarios a la moral y al buen nombre de la profesión


  • Artículos 2 (principios: 1, 2, 3, 5, 7 y 8), 10, 11, 18, 19, 21, 33, 37 y 42 de la Ley 1090 de 2006.
  • Principio rector E) del Manual Deontológico y Bioético del Psicólogo.
  • Principio 4 (pág 21) del Código Ético de la British Psychological Society.
  • Principios C y B del Código Ético de la APA

  • Para actuar conforme al Principio de Integridad, los psicólogos:
  • Conocen, entienden y atienden las reglas legales, profesionales, éticas e institucionales que regulan los servicios que proporcionan.
  • Tratan de proteger los intereses de las personas, grupos, comunidades e instituciones con las que trabajan. El bienestar de los usuarios y el prestigio de la profesión, tienen prioridad sobre los intereses de un psicólogo.
  • Son conscientes, asumen y actúan de acuerdo con sus responsabilidades profesionales y científicas con los individuos, grupos, sociedades, comunidades e instituciones en las que trabajan.
  • Actúan respetando siempre los principios y las normas de la ética profesional, siempre con sólido fundamento en criterios de validez científica y utilidad social.
  • Aceptan la responsabilidad de las consecuencias de sus actos y ponen todo el empeño para asegurar que sus servicios sean usados de manera correcta.
  • Sostienen estándares profesionales de conducta, aclaran sus funciones y obligaciones profesionales, y manejan los conflictos de interés que podrían conducir a la explotación o daño de sí mismos o de terceros.
  • Se aseguran de permanecer actualizados y ser competentes para prestar los servicios profesionales que ofrecen. Consecuentemente, se comprometen con el desarrollo profesional continuo y toman medidas para asegurar que siguen estando cualificados para la práctica.
  • Son cautos y reconocen los límites de sus conocimientos, técnicas, competencias y experticias.
  • Están atentos para regirse por los estándares de la comunidad y en el posible impacto que la conformidad o desviación de esos estándares puede tener sobre la calidad de su desempeño como psicólogos.
  • Son veraces cuando exponen sus competencias y formación académica en su quehacer, en la enseñanza e investigación y en la relación con sus clientes.
  • No roban, engañan o se involucran en el fraude, subterfugio o tergiversación intencional de hechos.
  • No encubren actividades vanas o engañosas con su titulación profesional.
  • Asumen la obligación de considerar la necesidad de utilizar el engaño u omitir parte de la información en el empleo de alguna técnica, procedimiento o estrategia específica de investigación. Para proceder de este modo deberán justificar técnicamente la maximización los beneficios y minimización los daños, estando siempre atentos a las posibles consecuencias que puedan producirse sobre el usuario y el prestigio de la profesión. Al hacerlo, asumen su responsabilidad de corregir cualquier desconfianza resultante, o sobre los efectos nocivos que se derivan de la utilización de tal técnica, procedimiento o estrategia. Del mismo modo, están obligados a clarificar las razones de este procedimiento y comunicar la información adecuada en el menor tiempo permitido por las exigencias técnicas.
  • Se preocupan por el cumplimiento ético y la conducta científica y profesional de sus colegas.
  • Se esfuerzan por mantener sus promesas y evitar compromisos imprudentes o poco claros.
  • Promueven la honestidad y veracidad de la ciencia, la enseñanza y la práctica de la psicología.
  • No desacreditan a colegas u otros profesionales que trabajan con sus mismos o diferentes métodos, y hablan con respeto de las escuelas y tipos de intervención que gozan de credibilidad científica y profesional.
  • Respetan el trabajo de otros profesionales, especialmente de aquéllos que están más cercanos en sus distintas áreas de actividad.
  • Cumplen a cabalidad con los deberes profesionales a que estén obligados en las instituciones en las cuales prestan sus servicios, salvo en los casos en que ello comporte la violación de cualquiera de las disposiciones de las normas legales vigentes. En esta última eventualidad, así se lo harán saber a su superior jerárquico.
  • Aclaran la naturaleza y la direccionalidad de su lealtad y responsabilidad y mantienen a todas las partes informadas de sus compromisos cuando se generan conflictos de intereses entre los usuarios y las instituciones que emplean psicólogos.
  • No omiten a retardan el cumplimiento de sus actividades profesionales.
  • No solicitan o aceptan prebendas o beneficios indebidos para realizar sus actividades profesionales.
  • No realizan maniobras de captación encaminadas a que les sean confiados determinados casos ni proceden con actuaciones que aseguren el monopolio profesional en un área determinada.
  • Responden por la información que pueda revelar el personal auxiliar sin previo consentimiento del usuario.
  • Llevan registro de los servicios profesionales que prestan, en las historias clínicas y demás modalidades de acervos documentales.
  • No prestan su nombre ni su firma para que otros realicen actos propios de la psicología.
  • Rechazan llevar a cabo la prestación de sus servicios cuando haya certeza de que puedan ser mal utilizados o utilizados en contra de los legítimos intereses de las personas, grupos, comunidades o instituciones.
  • Evitan entrar en una relación multiple cuando esta puede afectar la competencia, objetividad o efectividad de sus funciones como pricólogo o generar riesgo de manipulación o dolor emocional en la persona con la cual interactúa profesionalmente.

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